Viajamos a La Lira en nuestra sexta ronda con la sensación de tener pelota de partido en contra. Pese no estar haciendo un mal torneo estamos en puestos de descenso, y ante el rival de hoy, sobre el papel, teníamos opciones de puntuar. El problema es que La Lira está en estado de gracia y ha ganado 4 de sus 5 encuentros anteriores.
Alienamos del 1 al 10 del orden de fuerzas para el evento: Dani, Ramon, Jaume, Bada, Joana, Fernando, Castells, Rafa, Óscar y Josep.
Según el amigo Arpad tenemos ventaja, pero no una gran cosa, así que en cualquier tablero puede darse cualquier resultado.
El primero en acabar fui yo. Mi rival me pide tablas, y digo que no pensando que estoy algo mejor y que para ganar el match van a hacer falta sacar puntos enteros. El día anterior había estado en Andorra y estaba claro que me afectaba el jet lag. Cinco o seis jugadas después, cuando estoy claramente peor, sucede lo imposible: el tren vuelve a pasar. Mi rival me pide de nuevo tablas y esta vez, tras pellizcarme, las acepto agradecido. El análisis de después parece indicar que tengo alguna iniciativa, pero el módulo lo tiene claro: estaba tieso.
Fernando fue el siguiente en acabar. Es su primera ronda este año y sufre lo que en argot friki se conoce como “mareo de invocación“. Tiene con blancas iniciativa a raudales a cambio de dos peones, pero en el momento de lanzar al rival a la lona no acierta y acaba KO, poniendo la cosa difícil.
Pero de repente llegan dos buenas noticias el vagón de cola: Óscar y Josep ganan sus partidas, ambas con la ayuda de Caissa. Tuvo el rival de Óscar un error enorme que le costó la dama y que a buen seguro recordará mientras viva, porque todos tenemos fallos de esos en el historial y nos vienen a la memoria cuando vemos fallos similares en otros. Sin ese fallo la partida iba sin remedio hacia el empate. A Josep también le ayudaron los ángeles, porque en la línea que le llevaba a la victoria había una intermedia que dejaba el punto en el acta rival (última hora! parece ser que esa línea podía llevar a tablas, no a la derrota de nuestro MVP)..
Ramon metió tierra de por medio con una buena victoria. Controlando la posición, con una ligera superioridad, y presionando poco a poco hasta que el fuerte enemigo se vino abajo.
La derrota de Castells apretó el encuentro. Había rechazado tablas en una posición que parecía superior cuando el match estaba muy dudoso, y al final la cosa acabó en una posición táctica donde las piezas del rival estaban mejor coordinadas.
Dani firmó tablas que le supieron a poco. Lo vi más tarde llorando en el baño mientras farfullaba algo de una imprecisión. No fue en todo caso un mal resultado, en la primera mesa y con negras.
Tablas también para Bada en el cuarto tablero, sólido y solvente durante todo el torneo, puntuando en la zona hostil. Un puntal del equipo, como todos los años.
Jaume perdió y dejó el match empatado de momento. Pero no nos supuso una preocupación excesiva, porque los hermanos Ros se equilibran por algún extraño mecanismo genético, y cuando uno falla el otro compensa.
Y vaya si compensó. Joana tenía un peón de menos desde antes de las 10, a cambio de cierta comodidad de juego que su rival no tenía. Desde fuera a mi la posición me preocupaba bastante, pero todo parecía estar controlado. Al final la campeona de Catalunya hace lo que le hemos visto hacer muchas veces: gana la partida, logra la victoria del equipo, y quién sabe si no ha salvado también la categoría.
Importantísima la victoria de hoy, con una buena dosis de fortuna, que nos permite pasar la semana fuera de los puestos de descenso.
Podéis consultar aquí el acta de la hazaña.
Semana que viene toca recibir a, y seguramente recibir de, la Vila Olímpica, que va líder invicto de la categoría.
¡Hasta entonces!
Rafa Rodríguez
Club d'Escacs Sant Boi 